Es poco probable que ningún cubano o cubana no sepa quién es Elegguá, o al menos, haya escuchado hablar de él alguna vez en su vida. Aunque sea un fiel devoto católico, evangélico, espiritista o ateo, este orisha es de los más populares en la Mayor de las Antillas junto con Changó, Oshún y Babalú Ayé.
En no pocos hogares dentro y fuera de Cuba, se puede encontrar a Elegguá detrás de la puerta de entrada como vigilante de los destinos de sus creyentes. No importa dónde se esté: Miami, Ottawa, Roma, Londres, Madrid o el más populoso barrio habanero o el más remoto pobladito oriental. Aquí se cumple aquella conocidísima frase: «el que no tiene de congo, tiene de carabalí», sea negro, blanco, chino o mulato.
Elegguá es uno de los siete dioses fundamentales del panteón yoruba, y por su gran importancia es el primero en ser llamado en todo acto religioso o festividad y el último en despedirse.
En no pocos hogares dentro y fuera de Cuba, se puede encontrar a Elegguá detrás de la puerta de entrada como vigilante de los destinos de sus creyentes. No importa dónde se esté: Miami, Ottawa, Roma, Londres, Madrid o el más populoso barrio habanero o el más remoto pobladito oriental. Aquí se cumple aquella conocidísima frase: «el que no tiene de congo, tiene de carabalí», sea negro, blanco, chino o mulato.
Elegguá es uno de los siete dioses fundamentales del panteón yoruba, y por su gran importancia es el primero en ser llamado en todo acto religioso o festividad y el último en despedirse.
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